San Miguel, afiches que comunican detalles de las obras de
remodelación y ordenamiento del centro comercial.
Una arquitectura novedosa para delimitar el espacio de
estacionamiento de bicicletas, ya es
aprovechada mayormente por motos, pero
eso no es importante, los ciclistas pueden compartir ese espacio. Recuerdo, que
manejando una camioneta, solía pensar, dada la agresividad de los conductores
de vehículos de mayor porte, que el próximo debía ser un camión con semirremolque,
como forma de inspirar respeto en el tránsito. De allí, que al ciclista le es
difícil compartir el espacio de circulación, y dado que se ha contemplado el
estacionamiento, subyace la aceptación de la existencia de ciclistas que
debieran pelear como minusválidos por su derecho a circular, ante la realidad
observada: la calle es ganada según las dimensiones del vehículo que se
maneja.
Mientras la conciencia hacia un tránsito diverso se forja y
se fortalece, el espacio para bicisendas, debe ser contemplado en los
desarrollos urbanísticos. De esta forma, potenciales ciclistas, a la hora de
decidir movilizarse, no tendrán que sopesar el riesgo que corren y otras
desventajas asociadas, y las visitas al centro comercial podrán tornarse más
frecuentes y distendidas para vecinos a mediana distancia, que ya cuentan con
espacio de estacionamiento para sus bicicletas.

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